El multipremiado artista vuelve a sus orígenes. Y reafirma esa búsqueda espiritual que signó su vida desde sus mismos comienzos, allá por los sesenta, con Arco Iris.
por Susy Scándali
@SuScandali
Ganador de Oscars, Grammys y productor de algunos de los artistas más relevantes y populares de la música alternativa de Latinoamérica, el músico y productor Gustavo Santaolalla realizará una única función hoy a las 21 en el Teatro Radio City -San Luis 1750-, en el marco de su gira “Desandando el Camino“, con su nueva banda.
El concierto abarcará gran parte de su inmensa carrera musical. Desde Arco Iris hasta Bajofondo, pasando por sus bandas de sonido de películas, discos solista y la música del videogame The Last Of Us.
El lunes el artista, en una entrevista mantenida con LA CAPITAL, dijo con referencia al espectáculo que es “un repaso de mi vida a través de mis canciones, con un acento puesto en el principio, en el comienzo, celebrando un poco la salida de Ronroco en vinilo y la recuperación del catálogo de Arco Iris. Pero hay algo de todas las épocas, sé representar en lo que se puede lo que más me gusta, los clásicos, pero mirando hacia adelante. No soy una persona que haya construido su carrera en base a la nostalgia. En realidad esto es una especie de revisión de mi vida a través de mis canciones. No puedo poner todo porque tengo una cantidad de canciones… no solamente lo que he grabado, en tanto los discos de Arco Iris como algunos discos solistas que he hecho un par, sino también de muchas cosas que nunca se grabaron, que nunca salieron. Tengo un repertorio enorme de canciones, entonces ha sido difícil elegir…
– ¿Vas a presentar también material inédito?
– Sí. Hice una selección un poco basada también en el hecho de que justo ahora se reeditó ahora en vinilo el Album Rosa de Arco Iris que salió en 1969, entonces un poco también tomando como punto de partida eso, de ahí edifiqué toda la trayectoria de canciones y agrego también en el show algunas cositas de las músicas de las películas porque por más que la idea es que sean canciones, toco algunas cosas instrumentales también.
– En esta revisión de tu carrera artística, también hay una revisión de tu propia vida…
– Y, un poco al mirar las canciones ves un poco eso. Lo interesante que me ha pasado al redescubrir estas canciones, es que he encontrado una atemporalidad en ellas, o sea que las canciones realmente han trascendido el tiempo y de hecho algunas de ellas suenan hoy para mí, modernas y hasta futuristas. Y son canciones que hice cuando tenía 18 años, ponele. Entonces me doy cuenta de que los paradigmas de los cuales hablo en esas canciones siguen acompañándome hasta el día de hoy.
– De hecho la música de Arco Iris está muy en consonancia con estos tiempos. Hay como una suerte de vuelta de los más jóvenes hacia lo que ustedes planteaban en aquel entonces…
– Exactamente. Mirar un poco hacia adentro, lo espiritual… yo siempre he tenido esa búsqueda en mi vida, me acompaña desde muy chico. Arco Iris fue un momento de mi vida de la que más se supo acerca de esa búsqueda pero es una búsqueda que siempre me ha acompañado hasta el día de hoy. Entonces, veo que esos paradigmas siguen siendo los mismos y ha sido muy reconfortante también llegar a hoy, poder interpretar esas canciones desde el lugar en el que estoy yo hoy, como cantante, que tengo un registro más grande del que tenía cuando era chico, y con las vivencias que he tenido, que hoy hacen que cuando me siento frente a una canción, pueda interpretarla de una manera distinta que cuando la escribí, con toda una serie de vivencias que hacen quien soy yo ahora, que me permiten acercarme a esas canciones e interpretarlas de una manera muy distinta.
– Te acompaña una banda muy especial…
– Sí, Bárbara Palacios es la hermana de mi mujer, con la que trabajo hace tiempo porque es de un grupo que produje y produje también su álbum solista. Me encanta cómo canta y tiene una conexión con el folklore y la musicalidad que le da su background -creció escuchando todo tipo de música–. La conozco desde hace mucho tiempo y para mí es importante trabajar con músicos que tengan heterogeneidad. Nicolás Raimone, en contrabajo, chelo y bajo, es otro artista increíble, muy dúctil, un gran cantante. Pablo González en la batería es muy groso, viene de La Rioja pero su carrera empezó en Córdoba y hoy en día toca con los Illia Kuryaki, para mí, de los bateristas jóvenes, es de los más prominentes. Andrés Beeuwsaert, que es el tecladista de Acá Seca, un grupo que admiro mucho y músico dúctil, con conocimiento de folklore y rock y Javier Casalla, mi hermano del alma, que todo lo que toca lo hace sonar increíble y toca muchísimos instrumentos en el show.